*Sus ojos se te clavan en la cabeza como dos cuchillos afilados. Cuanto más tiempo pasa, más daño hacen. Sería fácil bajar la mirada y olvidarla. Pero estando en el asiento trasero del coche no vale la pena. El tiempo pasa, el semáforo verdea, el coche avanza pero esa mirada sigue ocupando tu campo de visión.*
Hahahaha, me acordé cuando una vez iba caminando cuando alguien me empezo a seguir, no sé si realmente me siguió o iba por el mismo camino, aun tengo esa duda.
ResponderEliminarBuena entrada, nos comentamos.
Y cuando se va, se esconde en cada uno de los rincones de tu mente, para salir y desmoronar tu vida cuando menos lo esperes...
ResponderEliminar